¿Quién paga los electrodomésticos en un alquiler? Respondemos tus dudas

Según los últimos estudios, uno de los problemas más comunes entre los arrendadores y los inquilinos es el tema que corresponde a la reparación y renovación de los electrodomésticos. Nosotros nos hemos puesto con los expertos de SEAG, expertos en alquiler, para que nos ayuden a responder a las dudas más comunes.
¿Cuáles son las obligaciones comunes de cada una de las partes?
Al alquilar una vivienda es habitual que surjan dudas sobre quién debe pagar ciertos gastos, especialmente los relacionados con los electrodomésticos. Elementos como la lavadora, el frigorífico, el horno o el lavavajillas suelen ser motivo de desacuerdo entre propietario e inquilino. Por eso, resulta importante tener claro a quién corresponde su mantenimiento o reemplazo para evitar malentendidos y asegurar una buena convivencia.
La normativa española define las obligaciones de cada parte. El propietario tiene la responsabilidad de entregar el inmueble en buen estado, es decir, habitable y con todos los elementos básicos en funcionamiento. Esto incluye los electrodomésticos si forman parte del equipamiento esencial de la vivienda. Por tanto, el arrendador debe garantizar que estos aparatos funcionen correctamente al inicio del contrato.
El inquilino debe encargarse de los pequeños desperfectos que puedan producirse por el uso habitual. Si un electrodoméstico deja de funcionar debido al desgaste natural o al paso del tiempo, el dueño de la vivienda es quien debe asumir su reparación o sustitución. En cambio, cuando el daño se produce por un mal uso, una manipulación indebida o falta de cuidado, la responsabilidad pasa al arrendatario.
Conocer estas reglas ayuda a evitar conflictos y permite mantener una relación más clara y justa entre ambas partes. Tener un contrato detallado, que especifique qué electrodomésticos están incluidos y quién debe cubrir los gastos en caso de avería, es la mejor forma de prevenir problemas y disfrutar del alquiler con tranquilidad.
El contrato de alquiler es muy importante
Existen distintos tipos de contratos de arrendamiento y en algunos se incluyen condiciones relacionadas con el uso y el cuidado de los electrodomésticos. En ciertos casos, el documento especifica qué aparatos forman parte de la vivienda y quién debe responsabilizarse de su mantenimiento o reparación. También hay contratos en los que se pacta que el inquilino cubra pequeños gastos domésticos, como el reemplazo de bombillas, filtros o la reparación de fallos leves.
Por este motivo, resulta esencial leer con atención cada punto del contrato antes de firmarlo, ya que así se evitan malentendidos y futuras discusiones. Comprender las obligaciones y derechos de ambas partes permite mantener una relación más justa y equilibrada. La comunicación entre propietario y arrendatario es un aspecto clave, puesto que dialogar con claridad sobre los deberes de cada uno puede evitar conflictos innecesarios. Un acuerdo bien definido contribuye a que la convivencia sea más sencilla y que el uso de la vivienda se desarrolle sin contratiempos ni disputas.
Solicitar opinión a los expertos
En el ámbito profesional del alquiler, los expertos en alquiler garantizado en Cádiz de https://www.seag.es/alquiler-seguro-y-garantizado-de-la-provincia-de-cadiz/ nos informan que la situación de los electrodomésticos debe definirse desde el inicio del contrato. Ellos señalan que en muchos casos, los propietarios prefieren mantener la responsabilidad de los aparatos principales para garantizar su durabilidad y valor, mientras que algunos inquilinos aceptan asumir ciertos gastos menores a cambio de un precio de alquiler más reducido. Este equilibrio entre las obligaciones de cada parte permite que el contrato sea más transparente y evita problemas durante la estancia del arrendatario en la vivienda.
¿Cuándo hay que reparar o sustituir los electrodomésticos?
Suele haber confusión entre reparar y reemplazar un electrodoméstico. Reparar significa solucionar un fallo para que el aparato vuelva a funcionar, mientras que reemplazar implica cambiarlo por uno nuevo cuando su vida útil ha terminado o su reparación cuesta más que su valor. Si los fallos se deben al uso normal, el propietario debe cubrir los gastos. En cambio, cuando el daño ocurre por un accidente o mal uso del inquilino, este último debe asumir el coste.
Para evitar malentendidos, muchos arrendadores crean un inventario detallado de los electrodomésticos al iniciar el contrato. En este documento se indica el estado y el funcionamiento de cada aparato, lo que sirve como referencia en caso de disputas. De este modo, es más sencillo determinar responsabilidades y resolver conflictos de manera clara y justa durante el periodo de alquiler, manteniendo una comunicación transparente entre ambas partes.
¿Los electrodomésticos deben ser de calidad?
En una vivienda alquilada, los electrodomésticos pueden ser de distintos tipos. Algunos son considerados imprescindibles para que el hogar sea habitable, como el frigorífico o la cocina, mientras que otros son complementarios, como el microondas o el lavavajillas. Los aparatos esenciales deben encontrarse en correcto estado, ya que su falta o deterioro puede interpretarse como un incumplimiento del contrato. En esos casos, el inquilino puede exigir que se repare o reemplace el equipo, o incluso solicitar una rebaja en la renta si el desperfecto no se soluciona. Los dispositivos opcionales solo estarán incluidos si ambas partes lo acuerdan, y conviene que quede registrado por escrito.
El valor y el rendimiento de estos aparatos dependen de su marca, modelo y antigüedad. Algunos propietarios prefieren instalar electrodomésticos modernos o de gama alta para hacer el inmueble más atractivo y aumentar su valor, mientras otros optan por equipos más sencillos y accesibles. Este tipo de decisiones puede influir directamente en el coste del alquiler y en la asignación de responsabilidades sobre el mantenimiento. Invertir en productos de buena calidad suele alargar su durabilidad y reducir las averías, aunque el arrendador continúa siendo responsable de conservarlos operativos durante todo el periodo de arrendamiento, garantizando así el correcto uso por parte del inquilino.
La importancia de la comunicación
Cuando un electrodoméstico falla, es importante que el inquilino avise al propietario lo antes posible. Informar con rapidez permite resolver el problema sin demoras ni complicaciones. Si se tarda en comunicarlo, la avería puede empeorar o causar conflictos legales. También es recomendable que los inquilinos usen los aparatos correctamente y guarden los comprobantes de cualquier arreglo pequeño que paguen por su cuenta, ya que esos documentos pueden servirles si necesitan demostrar el gasto más adelante.




















